sábado, 18 de octubre de 2014

APRENDO A LEER EL DICCIONARIO




Como ya tenemos la vigésimo tercera edición del Diccionario de la lengua española en nuestra manos, es buen momento para aprender a leerlo.  Atentos: 

CARACTERÍSTICAS DEL DICCIONARIO

El Diccionario de la lengua española es una obra corporativa de la Real Academia Española, con la colaboración de las Academias hermanas, que pretende recoger el léxico general de la lengua hablada en España y en los países hispánicos. Se dirige, fundamentalmente, a hablantes cuya lengua materna es el español, quienes encontrarán en él recursos suficientes para descifrar los mensajes que les lleguen.

Al tratarse de un diccionario general de lengua, no puede registrar todo el léxico del español, sino que, por fuerza, debe contentarse con acoger una selección de nuestro código verbal.

Arcaísmos 
El repertorio académico, en tanto no se haya completado la redacción del Diccionario histórico, debe seguir albergando una selección del léxico hispánico cronológicamente desfasado, que permita al lector interpretar los textos clásicos de nuestra lengua. Las voces y acepciones cuya vigencia actual, de acuerdo con la documentación académica, no está probada, llevan una marca que las asigna a uno de estos grupos: Pueden ser con la marca anticuado o antiguo (abreviada en «ant.»), cuando su última documentación no es posterior a 1500; con la marca desusado («desus.»), cuya última documentación es posterior a 1500, pero no a 1900; o con la arca poco usado («p. us.»), todavía empleadas después de 1900, pero cuyo uso actual es difícil o imposible de documentar; con la marca germanía («germ.»), correspondientes a los usos de este código socialmente restringido, empleado durante el Siglo de Oro.

Dialectalismos españoles y voces de América y Filipinas

El Diccionario contiene una amplia selección de las voces y acepciones de uso regional o provincial español, así como de aquellas que  corresponden a las distintas áreas y países de habla hispánica, cada una de ellas con su correspondiente marca, generalmente abreviada: And. (‘Andalucía’), Ar. (‘Aragón’), Cantb. (‘Cantabria’),  Jaén, León, Vall. (‘Valladolid’); Am. (‘América’), Á. Andes (‘Área de los Andes’), NO Arg. (‘noroeste de la Argentina’), Bol. (‘Bolivia’), Ven. (‘Venezuela’), etc.

Voces técnicas 
El Diccionario da cabida a aquellas voces y acepciones procedentes de los distintos campos del saber y de las actividades profesionales cuyo empleo actual ha desbordado su ámbito de origen y se ha extendido al uso, frecuente u ocasional, de la lengua común y culta. Siempre que tal uso no se haya hecho general, las acepciones tienen una marca que las individualiza: Acús. (‘acústica’), Estad. (‘estadística’), Fil. (‘filosofía’), Quím. (‘química’), etc.

Símbolos y fórmulas

  Al final de las acepciones correspondientes a los elementos químicos, a las unidades de medida y a ciertos compuestos, aparece, entre paréntesis y en letra cursiva, su correspondiente símbolo o fórmula. P. ej.:
 fósforo. (Del lat. phosphŏrus, y este del gr. φω σφόρoς, portador de luz). m. Elemento químico de núm. atóm. 15. [...] (Símb. P). [...]
kilómetro. (De kilo- y ́metro). m. Medida de longitud, que equivale a 1000 metros. (Símb. km).
termia. (Del gr. θερμόν, calor, y -ia). f. Fís. Unidad técnica de calor equivalente a un millón de calorías. (Símb. th)
amoniaco o amoníaco. (Del lat. ammoniăcum, y este del gr. ἀμμωνιακόν, de Amón, Júpiter, en Libia). m. Quím. Gas incoloro, de olor irritante, soluble en agua, compuesto de un átomo de nitrógeno y tres de hidrógeno. [...] (Fórm. NH3). [...]


Voces o acepciones marcadas por otros motivos
Tanto en las voces generales como en las de circulación geográficamente restringida se señala, en los casos pertinentes, su pertenencia a una variedad de lengua o habla determinada, así como los distintos matices con los que el hablante tiñe, ocasional o habitualmente, su empleo. Hay, pues, marcas que corresponden a los distintos niveles de uso de la lengua -«vulg.» 
(‘nivel vulgar’),  jerg. (‘jergal’), infant. (‘infantil’), «cult.» (‘nivel especialmente culto’)-, a los registros de habla  -«coloq.» (‘registro coloquial’)-, a la valoración del hecho lingüístico -«malson.» (‘voz malsonante’), «eufem.» (‘eufemismo’)–, a la intención del hablante -«despect.» (‘sentido despectivo’), «irón.» (‘sentido irónico’)...-, etc.

Extranjerismos
  Los extranjerismos cuya extensión de uso en nuestra lengua así lo recomienda se van incorporando a la nomenclatura de este Diccionario. Se registran en su forma original, con letra redonda negrita, si su escritura o pronunciación se ajustan mínimamente a los usos del español, como es el caso de club, réflex o airbag —pronunciados, generalmente, como se escriben —; figuran en letra cursiva, por el contrario, cuando su representación gráfica o su pronunciación son ajenas a las convenciones de nuestra lengua, como es el caso de rock, pizza o blues  
—pronunciado generalmente este último como [blus]—.
Los derivados españoles de palabras extranjeras, aunque estas presenten dificultades gráficas o de pronunciación, se representan en letra redonda. P. ej., pizzería, flaubertiano.

Latinismos 
Siguiendo la tradición académica, los latinismos empleados en español se recogen en letra redonda negrita: ex cáthedra, relata réfero.


Siglas y acrónimos
  Las siglas y acrónimos cuya frecuencia de uso les ha dado un carácter gramatical definido -sustantivos masculinos o femeninos, por ejemplo-, aparecen recogidos como entradas normales (p. ej., radar), o en letras mayúsculas cuando, por regla general, es necesario deletrearlos (ADN).

Marcas registradas
Las marcas registradas cuyo empleo como sustantivos comunes así lo recomienda se recogen en el Diccionario haciendo constar su condición de tales, de acuerdo con la legislación vigente, en el paréntesis etimológico. Si alguna entrada correspondiente a una marca registrada no presentara esta información, la empresa que la comercializa podrá dirigirse a la Real Academia Española para solicitar el cambio oportuno en la próxima edición del Diccionario.

Elementos compositivos, prefijos y sufijos
 Se incluyen en el Diccionario, por regla general, cuando manifiestan capacidad productiva en la lengua actual. Aparecen en el lugar que les corresponde alfabéticamente, pospuestos a los otros tipos de palabras cuando coinciden en su forma. Así, a se sitúa antes que a-, y ario, ria antes que -ario, ria.

Derivados y compuestos
 Todas las voces derivadas de otras o formadas mediante composición, sin tener en cuenta la posibilidad de que su significado sea claramente deducible a partir de los elementos que las constituyen, pueden entrar a formar parte del Diccionario. Así sucede con los adverbios terminados en -mente, las voces que contienen los prefijos anti-, des-, etc. Podrá objetarse que las posibilidades de formación de nuevas palabras mediante estos procedimientos son prácticamente infinitas; pero lo cierto es que el uso real, en España y en América, acepta solo algunos neologismos de este tipo, mientras que rechaza otros. En este Diccionario solo aparecen aquellos términos que, vista la documentación de su empleo real, el Pleno académico ha decidido incluir. De igual modo, para registrar los adjetivos derivados, mediante sufijos no siempre iguales, de nombres propios de persona (p. ej., cervantino, valleinclanesco, borgiano, brechtiano...) se juzga suficiente el aval académico a partir de la documentación escrita. La inclusión de los adjetivos gentilicios (español, mexicano, limeño, asunceno...), por su parte, es resultado de las propuestas formuladas por las distintas Academias, en los ámbitos que a cada una le corresponden.

Aumentativos, diminutivos, despectivos y superlativos 
El carácter original de tales que presentan ciertas palabras se indica, por regla general, dentro del paréntesis etimológico cuando el uso les ha dado nuevos valores semánticos. P. ej.:
 pilón2. (Del aum. de pila2). m. Receptáculo de piedra que se construye en las fuentes para que, cayendo el agua en él, sirva de abrevadero, de lavadero o para otros usos. [...]
presilla. (Del dim. de presa). f. Cordón pequeño con forma de anilla que se cose al borde de una prenda para pasar por él un botón, un corchete, un broche, etc. [...]
arrapiezo. (Del despect. de arrapo). m. andrajo ( pedazo o jirón de tela). [...]

Solo cuando un aumentativo o diminutivo de uso actual sin valores significativos distintos a los de su raíz modifica esta para constituirse, o no lo hace de acuerdo con las posibilidades más extendidas del sistema –las que ofrecen los sufijos recogidos en el propio Diccionario–, se registra en una entrada independiente. P. ej.:
 bobalicón, na. adj. aum. coloq. de bobo.
bestezuela. f. dim. de bestia.

El mismo tratamiento se da a los superlativos. En el caso de estos, dentro del adjetivo correspondiente al grado positivo se incluye, además, información sobre la existencia de uno o varios superlativos irregulares1 de uso actual -lo que no excluye la existencia de otros regulares- recogidos en el Diccionario. P. ej.:
 bueno, na. (Del lat. bonus). adj. Que tiene bondad en su género. [...] ¶ MORF. sups. irregs. bonísimo, óptimo. [...]

No parece recomendable incluir esta misma información en el caso de aumentativos, diminutivos o despectivos. Las posibilidades de variación de los correspondientes sufijos, así como la gran capacidad expresiva de los términos formados, hacen muy discutible todo inventario de esta posibilidad morfológica.

Participios
Su tratamiento lexicográfico en este Diccionario es similar al de los superlativos. El carácter original de participio que corresponde a ciertas palabras dotadas de otras posibilidades significativas se indica, por regla general, en el paréntesis etimológico. P. ej.:

destemplado, da. (Del part. de destemplar). adj. Falto de temple o de mesura. 2. Dicho del tiempo: desapacible. 3. Pint. Dicho de un cuadro o de una pintura: Que tiene disconformidad de tonos. [...]

Si se trata de una formación no regular y no tiene otras acepciones distintas a las que corresponden al verbo, se incluye como tal participio irregular en el lugar alfabético que le corresponde. P. ej.:
 previsto, ta. part. irreg. de prever.
           
En la información morfológica contenida en el verbo se recoge también esta forma irregular:
 prever. (Del lat. praevidēre). tr. Ver con anticipación. 2. Conocer, conjeturar por algunas señales o indicios lo que ha de suceder. 3. Disponer o preparar medios contra futuras contingencias. ¶ MORF. conjug. c. ver; part. irreg. previsto.

Las acepciones de un participio que corresponden exactamente a las del verbo de cuya conjugación forma parte, aunque tengan usos adjetivos habituales, no aparecen recogidas en el Diccionario. Será frecuente, pues, que no aparezcan en la nomenclatura de este entradas como, por ejemplo, descatalogado o desclasificado; sus acepciones adjetivas («Un libro descatalogado», «Un documento desclasificado») deben buscarse entre las correspondientes a los verbos descatalogar y desclasificar.

No sucede así con las acepciones que tienen uso sustantivo, registradas como acepciones plenas o como notas de uso, tengan que ver o no con las acepciones correspondientes del verbo. P. ej.:
ahogado1, da. (Del part. de ahogar1). [...] 3. m. y f. Persona que muere por falta de respiración, especialmente en el agua. [...]
desterrado, da. (Del part. de desterrar). adj. Que sufre pena de destierro. U. t. c. s.

Entradas únicas o dobles correspondientes a adjetivos de dos terminaciones

En la práctica lexicográfica es asunto frecuente de discusión la manera de registrar, por separado o en un solo artículo, sustantivos femeninos como, por ejemplo, armónica (‘instrumento musical’), babosa (‘molusco gasterópodo’), cascada (‘caída desde cierta altura del agua de un río’) o bioquímica (‘estudio de la estructura y función de los seres vivos’), con respecto a adjetivos de dos terminaciones como armónico, ca, baboso, sa, cascado, da o bioquímico, ca. Este Diccionario adopta una solución que, en cada caso, supone aplicar dos criterios sucesivos:

·       Un primer criterio etimológico, acorde con el concepto de diccionario que se manifiesta en otros aspectos (por ejemplo, la separación de artículos homónimos de orígenes distintos). De acuerdo con ello, armónica debe ir en el mismo artículo que armónico, ca, puesto que ambos proceden de la misma base latina, como también le sucede, por ejemplo, a bueno, na o a turbio, bia. Idéntica conclusión es aplicable al sustantivo femenino babosa, que debe figurar en el mismo artículo que el adjetivo baboso, sa, ya que ambos comparten su origen etimológico: el nombre baba. Para este último ejemplo, el resultado será, de acuerdo con las normas de colocación de acepciones según su categoría gramatical:

baboso, sa. adj. Que echa muchas babas. U. t. c. s. [...] 8. f. Molusco gasterópodo pulmonado, terrestre, sin concha, que cuando se arrastra deja como huella de su paso una abundante baba. [...]
  
Por el contrario, cascada no se podrá unir a cascado, da, puesto que sus orígenes etimológicos son distintos:

cascada. (Del it. cascata, caída). f. Caída desde cierta altura del agua de un río u otra corriente por brusco desnivel del cauce. [...]
cascado, da. (Del part. de cascar). adj. Dicho especialmente de las cosas humanas: Que están gastadas o muy trabajadas, o que carecen de fuerza, sonoridad, entonación, etc.

       De modo paralelo, bioquímica debe tener un artículo independiente, ya que su origen etimológico, el francés biochimie, no es compartido por el adjetivo bioquímico, ca. Este, en español, deriva precisamente del sustantivo femenino. El resultado en el Diccionario será:

bioquímica. (Del fr. biochimie, y este der. de bio- y chimie, química). f. Estudio químico de la estructura y de las funciones de los seres vivos.
bioquímico, ca. (De bioquímica). adj. Perteneciente o relativo a la bioquímica y a los fenómenos que estudia. 2. m. y f. Especialista en bioquímica.

·       Entre las entradas que etimológicamente deberían forzar la inclusión del sustantivo femenino dentro del artículo correspondiente al adjetivo de dos terminaciones, habrá casos en que, por motivos gramaticales, se imponga el registro por separado. P. ej.:

tenienta. f. Mil. Mujer con grado de teniente. 2. coloq. p. us. Mujer del teniente.
teniente. (Del ant. part. act. de tener). adj. Que tiene o posee algo. 2.  Dicho de la fruta: No madura. 3. Dicho de una legumbre: Mal cocida, dura. 4. coloq. Algo sordo, o tardo en el sentido del oído. 5. p. us. Miserable y escaso. Trifón es algo teniente. 6. com. Persona que ejerce el cargo o ministerio de otra, y es sustituta suya. Teniente de alcalde. 7.  Mil. Oficial de graduación inmediatamente superior al alférez e inferior al capitán.  [...]

Si se unieran los dos artículos, estaríamos afirmando la existencia de un hipotético adjetivo *tenienta. Lo mismo sucede en casos como rapaz/rapaz, za; gigante/gigante, ta, etc.

En los casos en que los dos artículos aparecen unidos, y siempre que entre el lugar donde debería figurar la entrada correspondiente al sustantivo femenino y la posición que esta ocupa realmente, junto con el resto de las acepciones correspondientes al adjetivo, haya otros artículos interpuestos, se ha incluido un envío encabezado por la abreviatura «V.» (‘véase’), para evitar que el lector pueda no encontrar lo que busca. P. ej.:

babosa. f. V. baboso.
babosada. [...]
babosear. [...]
baboseo. [...]
babosería. [...]
babosilla. [...]
baboso, sa. adj. Que echa muchas babas. U. t. c. s. [...] 8. f. Molusco gasterópodo pulmonado, terrestre, sin concha, que cuando se arrastra deja como huella de su paso una abundante baba. [...]

Artículos correspondientes a sustantivos

·       Se presentan unidos en un mismo artículo cuando comienzan por acepción referida a persona que lleva la marca «m. y f.». P. ej.:

aprendiz, za. m. y f. Persona que aprende algún arte u oficio. 2. Persona que, a efectos laborales, se halla en el primer grado de una profesión manual, antes de pasar a oficial.

·       Aparecen separados, por el contrario, si corresponden a objetos (p. ej., jarro-jarra).

·       No se unen tampoco los nombres de animales, por razones morfológicas (muchos de ellos son epicenos) o etimológicas (cerdo, por ejemplo, deriva de cerda).

También existen envíos en los artículos encabezados por acepciones sustantivas de masculino y femenino («m. y f.») que tienen acepciones femeninas no referidas a persona2, siempre que entre el lugar que deberían ocupar estas y el lema con moción haya artículos interpuestos. P. ej.:

tintorera. f. V. tintorero.
tintorería. [...]
tintorero, ra. (De tinturar). m. y f. Persona que tiene por oficio teñir o dar tintes. 2. f. Tiburón muy semejante al cazón, frecuente en las costas del sur de España y en las de Marruecos, que alcanza de tres a cuatro metros de longitud y que tiene dientes triangulares y cortantes, de los cuales los de la mandíbula superior son más anchos y su punta está dirigida hacia atrás. [...]

            Idéntico sistema se sigue en otros casos donde también podría existir riesgo de extravío en la consulta alfabética, es decir, en los artículos correspondientes a prefijos, sufijos y elementos compositivos. P. ej.:

-ezuelo, la. suf. V. -uelo.
[...]
-uelo, la. (Del lat. -ŏlus). suf. Tiene valor diminutivo. Arroyuelo, locuelo, bellacuelo. A veces, toma las formas -ecezuelo, -ezuelo, -zuelo. Piecezuelo, pecezuelo, jovenzuelo. [...]