Voz onomat.
1. f. Partícula encendida que salta del fuego o del choque entre piedras, metales, etc.
3. f. Gracia, agudeza o viveza de ingenio. A los diálogos les falta chispa.
4. f. Gota aislada de lluvia menuda.
5. f. Porción mínima de algo. Queda una chispa de aceite. U. m. con neg. No corre una chispa de aire.
6. f. coloq. borrachera (‖ efecto de emborracharse).
7. f. Cuba. Pequeño carro que corre sobre raíles impulsado por una palanca de mano.
chispa eléctrica
1. f. Descarga luminosa entre dos cuerpos cargados con muy diferente potencial eléctrico.
chispas
1. interj. U. para ponderar lo extraordinario de algo.
de chispa
1. loc. adj. Dicho de un arma de fuego: Provista de un pedernal que, al golpear el rastrillo de acero, hace saltar las chispas que inflaman el cebo. Pistolas, fusiles de chispa.
echar alguien chispas
1. loc. verb. coloq. Mostrarse sumamente enfadado y furioso.
2. loc. verb. coloq. desus. Prorrumpir en amenazas.
encendérsele, o prendérsele, la chispa a alguien
1. locs. verbs. coloqs. Cuba y Ven. Ocurrírsele repentinamente la solución de un problema.
saltar chispas
1. loc. verb. En una discusión, producirse una tensión muy violenta.
saltársele la chispa a alguien
1. loc. verb. Col. Ponerse furioso, reaccionar de forma violenta a una provocación.
tener alguien la chispa atrasada
1. loc. verb. coloq. Col., Cuba, Ec. y Ven. Ser lento para reaccionar ante una situación o para comprender algo.
tener alguien la chispa encendida
1. loc. verb. coloq. Cuba. Captar con rapidez el sentido de algo.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados
Álex Grijelmo escribió hace unos días en El País sobre este tema en LA PUNTA DE LA LENGUA.
El bum del ‘boom’
Las onomatopeyas son palabras creadas de oído. Quizás los
idiomas nacieron de ellas, gracias a los sonidos que evocaban el viento, los
truenos o los animales.
Usamos dos tipos de onomatopeyas (del griego onomatopoiía): las que se forman con un significado
concreto a partir de una percepción sonora relacionada con él (por ejemplo, murmullo, tintineo, tiritar...) y
las que intentan reproducirlo: (“el puente hizo catacrac”, “ya oigo el tictac”,
“ay, qué vaca tan salada, tolón tolón”).
El español dispone de onomatopeyas hermosísimas. En el mundo de
los sonidos suaves decimos susurro, cuchichear, bisbiseo…; y en el de los ruidos, estruendo, rugir, traqueteo, carraca, roncar, rasgar, bomba… Las letras de nuestro alfabeto se acercan a esos sonidos de
forma lo suficientemente aproximada como para que entendamos de qué vibración
sonora se trata, aunque no puedan reproducirlos con exactitud.
Sin embargo, algunos de esos sonidos se han entendido de
distinta manera en cada idioma. Por ejemplo, el gallo canta en inglés cock-a-doodle-doo ([kok-a-dudel-du]), y en francés cocorico, mientras
que para nosotros hace quiquiriquí. El perro inglés dice wow wow y
el español guau guau, mientras que el perro catalán, si es
bilingüe, puede decir también bup bup.
Pero otros sonidos los oímos igual, aunque cada idioma los
adapte a sus grafías. Por ejemplo, clic (que
en inglés se escribe click) o crac (crack en
aquella lengua). Y así sucede también con el ruido de una explosión o un golpe
fuerte. Los anglosajones escriben la onomatopeya boom a
fin de pronunciar [bum] cumpliendo con su sistema de correspondencias entre
grafemas y fonemas. Y nosotros… Ay, nosotros también escribimos boom.
Leemos muy a menudo “el boom de la literatura hispanoamericana”,
“la botella hizo boom”, “el boom inmobiliario”,
“ese disco ha sido un boom”… y
otros muchos estallidos de algo que se expande como si procediera de una
explosión.
Las Academias de la lengua española incluyeron en su Diccionario panhispánico de dudas la entrada bum con dos sentidos: la mera interjección que imita el ruido de un
golpe o de una explosión (“de repente,
¡bum!, la lámpara se cayó al suelo”) y la expresión usada para señalar el
auge o el éxito repentino de algo (“hoy
vivimos el bum de las redes sociales”).
Pérez Galdós ya escribió esa
grafía española a finales del XIX (“creía que ese bum-bum eran mis ronquidos,
¡y es el mar que ronca!”), pero el banco de datos de la Real Academia Española permite observar
cómo esta opción ha ido siendo derrotada paulatinamente por su equivalente
inglesa.
Entre los orígenes del español y 1975 (250 millones de
registros), se hallan en el Corpus
académico 51 casos de bum y 16 de boom, y por lo tanto ganaba la grafía
castellana. Sin embargo, entre 1975 y 2000 (160 millones de registros) se contabilizan
847 ejemplos de boom y sólo 61 de bum. Mientras que en el siglo XXI (de
2001 hasta hoy, con 225 millones de palabras) la goleada es de 1.345 casos
contra 151 a favor de la grafía inglesa. Y eso que la opción castellana se
escribe con menos letras.
Por tanto, ahora vivimos el bum
de boom; pero
al menos tendremos el consuelo de que los gallos sigan diciendo quiquiriquí y los perros guau guau, sin que a ellos pueda
aquejarles ningún complejo de inferioridad. Eso sí, el día en que un gallo
español cante cock-a-doodle-doo, que no se extrañe nadie.
Si entramos en la FUNDÉU podemos leer:
Si entramos en la FUNDÉU podemos leer:
¡Tatatachán: 95 onomatopeyas!
Las onomatopeyas son palabras que imitan o recrean el sonido de la cosa o la acción nombrada, son un recurso expresivo muy potente, capaz de condensar una idea o situación en muy poco espacio y un procedimiento más para formar palabras. A continuación, reproducimos una lista de 95 onomatopeyas elaborada por José Martínez de Sousa.
- aceleración de motocicleta: ¡brrrum, brrrum!
- ametralladora: ¡ra-ta-tá!; ¡ra-ta-tá!
- aplausos: ¡plas, plas!
- asco: ¡aj!; ¡puaj!
- aullido del lobo: ¡auuu!
- balido de la oveja: ¡beee!
- beso: chuic; mua
- bofetada: ¡zas!; ¡paf!
- bomberos: ¡uuuuh, uuuuh!;¡niinoo, niinoo!
- burbujas del agua: ¡glu, glu, glu!
- caída: ¡catapumba!; ¡pumba!
- campana: ¡talán, talán!; ¡tolón, tolón!; ¡tan, tan!
- campanas (repique): ¡din don!, ¡dindon!; ¡din, don,dan!, ¡din, don,dan!
- campanilla: ¡tilín, tilín!; ¡tintín, tintín!
- canto de los pájaros: ¡pío, pío, pío!
- canto de los pollitos: ¡pío, pío, pío!
- canto del gallo: ¡quiquiriquí!
- cañonazo: ¡buuum!
- carcajada: ¡ja, ja, ja!; ¡je, je, je!;¡ji, ji, ji!; ¡jo, jo, jo!
- carraspeo: ¡ejem, ejem!
- castañuelas: ¡ria-pitá!
- cencerro: ¡tolón, tolón!
- chapoteo: ¡chap, chap!; ¡chop,chop!
- chasquido: ¡chas!; ¡zas!
- claxon: ¡piiii!, ¡piiii!
- cloquear la gallina: ¡cloc, cloc!
- comer: ñam, ñam, ñam
- conversación ininteligible: bla, bla, bla
- corneta: ¡tururú!
- cornetín de órdenes: ¡tararí!
- cristal contra cristal: ¡chin-chin!, ¡tintín!
- cuco: ¡cu-cu, cu-cu!
- desperezarse: ¡oaaa, oaaa!
- disparo de cañón: ¡pum!
- disparo de escopeta: ¡pum!
- disparo de fusil: ¡pum!
- disparo de pistola: ¡bang!; ¡pam, pam!
- estallido fuerte: ¡buuum!
- estallido pequeño: ¡tric!; ¡tris!
- estornudo: ¡achís!
- explosión: ¡buuum!; ¡pum!
- gallina: co, co, co
- ganso: on, on
- golpe (en general): ¡cataplam!,¡cataplán!;¡cataplum!; ¡cataplún!;¡catapum!; ¡plum!;¡pum!
- golpe contra el agua: ¡paf!; ¡zas!
- golpe contra el suelo: ¡plaf!; ¡clonc!
- golpe en la puerta: ¡toc, toc!; ¡tras, tras!,¡pon, pon!
- golpe sobre el yunque: ¡tan, tan!
- golpes repetidos: ¡zis, zas!
- gota de agua: ¡ploc!
- grillo: ¡cri, cri!
- grito de dolor: ¡ay!
- gruñido: ¡gr…!
- gruñido del cerdo: ¡oenc, oenc!
- hipo: ¡hip!
- ladrido del perro: ¡guau, guau!
- llanto de un bebé: ¡bua, bua!
- lluvia suave: plic, plic
- maullido del gato: ¡miau, miau!
- muelles del colchón: ¡ñeeec, ñeeec!
- mugido de vaca o buey: ¡muuu, muuu!
- oca: on, on
- pajarito: ¡pío, pío!, ¡pío, pío!
- parpeo del pato: ¡cua, cua, cua!
- pavo: ¡gluglú!
- péndulo del reloj: tic-tac, tic-tac, tic-tac
- perdiz: ¡aj, aj, aj!
- pito: ¡piiii!, ¡piiii!
- puñetazo: ¡zas!
- rama que se quiebra: ¡crac!
- rana: ¡croac!
- rasgadura: ¡ris ras!; ¡tris!
- ratón (de ordenador): clic
- rebuzno: ¡hiaaa, hiaaa!
- relincho del caballo: ¡hiiii, hiiii, hiiii!
- repugnancia: ¡aj!, ¡puaj!
- risa abierta: ¡ja, ja!
- risa astuta: ¡je, je!
- risa contenida: ¡ji, ji!
- risa socarrona: ¡jo, jo!
- roce de seda contra seda: frufrú
- ronquido: rrrrrrrrr
- ronroneo del gato: rrr rrr rrr
- rotura de objetos: ¡crag!
- silencio: ¡chist!; ¡chiss!; ¡chsss! (la incluimos aquí porque es muy frecuente, aunque no sea propiamente una onomatopeya).
- sirena de ambulancia: ¡uuuuh, uuuuh!
- sueño: zzz, zzz, zzz
- tambor: ran rataplán; tantarán;tantarantán
- teléfono: ¡riiin, riiin!
- timbre: ¡rin, rin!
- toque de trompeta: ¡tarara!; ¡tarará!; ¡tararí!; ¡tururú!; ¡turututú!; ¡tuturutú!
- trasiego de líquido: ¡glu, glu, glu!
- viento: sss sss sss
- zumbido de abejas: zzzzzzzz