domingo, 18 de febrero de 2018

LA DIVERSIDAD LINGÜÍSTICA DE ESPAÑA Y LA EDUCACIÓN

Como ya sabemos, el Gobierno ha decidido hacer más presente (todavía no sabemos cómo) la enseñanza del castellano en las aulas catalanas. Primero veamos cómo se enseña en España en las comunidades con dos lenguas oficiales. Lo leemos en El País de hoy en un artículo escrito por Mikel Ormazabal, Sonia Vizoso, Ignacio zafra y Lucía Bohorquez


Cuatro modelos educativos para la España plurilingüe
En el País Vasco las familias eligen mayoritariamente que se impartan todas las clases en euskera, mientras en Galicia, Comunidad Valenciana y Baleares no existe una opción similar

Las cuatro comunidades autónomas que junto a Cataluña cuentan con dos lenguas cooficiales han implantado modelos distintos para enseñar estos idiomas en la escuela. La capacidad de elección de los padres varía mucho. En el País Vasco las familias pueden elegir entre tres posibilidades y la mayoría (66%) opta porque sus hijos estudien todas las asignaturas en euskera. En Galicia no hay opciones y las materias se imparten a partes iguales en gallego y castellano.
País Vasco: la mayoría de los estudiantes no universitarios del País Vasco reciben las clases íntegramente en euskera. Las familias tienen la posibilidad al comienzo del curso de escolarizar a sus hijos en cualquiera de las lenguas cooficiales, pero en la práctica se ha impuesto el modelo D (el euskera como lengua vehicular con el castellano como asignatura). De los 374.848 alumnos matriculados al inicio de este curso en infantil, primaria y secundaria, el 66% optaron por estudiar todas las asignaturas en euskera. No llega al 10% los que han preferido hacerlo con el castellano como lengua vehicular (modelo A), y un 23% se decantó por el bilingüe (modelo B). Los tres modelos incluyen la enseñanza del inglés desde los cuatro años de edad, aunque la Administración vasca pretende que para 2020 el 75% de los centros enseñen en los tres idiomas. La consejería vasca de Educación asegura que desde la implantación en 1983 del sistema de enseñanza bilingüe se ha garantizado a las familias la libertad de elección del modelo lingüístico. En la práctica, el modelo D en euskera ha ido ganando alumnos de forma natural, hasta el punto de que solo el 2,95% de los niños que acceden a la educación con 3 años eligen en la actualidad el modelo exclusivamente en castellano. El 79,4% de los niños en Educación Infantil cursan íntegramente en euskera. El Gobierno de Urkullu llegó en 2014 a un acuerdo con el Ministerio de Educación para dejar el sistema de modelos lingüísticos vigente en Euskadi a salvo de la aplicación de la Lomce (la denominada ley Wert) porque, coincidieron entonces las partes, la legislación autonómica garantiza el bilingüismo “en una proporción razonable”. Educación entendió que en esta comunidad existe una oferta educativa sostenida con fondos públicos que permite estudiar con el castellano como lengua vehicular.
Galicia: en Galicia, las asignaturas se imparten desde 2010 a partes iguales en las dos lenguas cooficiales y en las clases de Educación Infantil se usa como vehicular el idioma materno mayoritario entre los alumnos de cada aula. Este modelo fue puesto en marcha por el Gobierno del popular Alberto Núñez Feijóo para suprimir la discriminación positiva que recibía el gallego en los colegios y contó con el rechazo de sindicatos e instituciones culturales como la Real Academia Galega. El sistema eliminado por el PP y que daba preferencia al gallego había sido implantado por el gobierno de coalición de PSOE y BNG dando cumplimiento al Plan de Normalización Lingüística aprobado por unanimidad en tiempos de Manuel Fraga. El Consejo de Europa ha reprobado recientemente la pérdida de peso que ha sufrido el idioma propio de Galicia en la enseñanza por vulnerar los principios de la Carta Europea de Lenguas Regionales y Minoritarias. Las últimas encuestas sociolingüísticas alertan además de que en este tiempo el monolingüismo en castellano de los niños se ha disparado. La Xunta sostiene que este problema no es consecuencia de su modelo lingüístico.
Comunidad Valenciana: la normativa escolar valenciana establece que los colegios eligen por votación la distribución de horas impartidas en cada lengua oficial y en inglés. Se requiere el apoyo de dos tercios del consejo escolar, en el que están representados padres, profesores, alumnos y personal de administración. El modelo de plurilingüismo aprobado el 14 de febrero por el Parlamento autonómico establece que los colegios deberán impartir, al menos, un 25% de horas en valenciano, un 25% en castellano, y entre un 15% y un 25% en inglés. La nueva ley desvincula el aumento de clases en inglés al incremento de clases en valenciano, una previsión que sí contemplaba la anterior norma, suspendida cautelarmente por el Tribunal Superior de la Comunidad Valenciana. El texto señala que la Generalitat promoverá que los centros den la mitad de las horas en valenciano y el 25% en inglés. El Gobierno autonómico argumenta que persigue que los alumnos acaben la educación obligatoria dominando las dos lenguas oficiales —ahora solo el 30% sale de las aulas sabiendo valenciano—, y que esa referencia se concretará en campañas informativas. La oposición considera que el artículo esconde una "imposición en diferido". La ley fue aprobada por socialistas, Compromís y Podemos. PP y Ciudadanos votaron en contra.
Baleares: en Baleares el Gobierno tripartito liderado por la socialista Francina Armengol derogó el tratamiento integrado de lenguas impulsado por el popular José Ramón Bauzá y que generó una gran movilización social en su contra al obligar a todos los centros a impartir una tercera lengua en todos los cursos. Actualmente, Baleares se rige por la Ley de Normalización Lingüística de 1986 impulsada por el PP de Gabriel Cañellas que establece que al menos el 50% de la enseñanza se imparta en catalán. Cada centro tiene libertad para desarrollar su proyecto de lenguas y decide cuantas asignaturas no lingüísticas imparte en un idioma extranjero como el inglés o el francés.



Hoy domingo, 25 de febrero, la defensora del lector de El País, Lola Galán, continúa con el tema con algunos comentarios de los lectores:
España y sus lenguas
Un artículo sobre los distintos modelos de enseñanza en comunidades con más de un idioma oficial da pie a algunas quejas
El pasado domingo, y a raíz del debate que provocó la promesa del Gobierno de garantizar que se imparta en castellano una cuarta parte de las materias en las escuelas de Cataluña, este periódico dedicó una página a recoger los modelos imperantes en otras cuatro comunidades autónomas con dos lenguas oficiales: País Vasco, Galicia, Comunidad Valenciana e Islas Baleares.
“Ya empieza mal este artículo de EL PAÍS, Cuatro modelos educativos para la España plurilingüe, me escribió ese mismo día un lector, Miguel Izu. “Cataluña cuenta, no con dos, sino con tres lenguas cooficiales (castellano, catalán y aranés). Las comunidades que tienen dos lenguas cooficiales no son cuatro sino cinco: Comunidad Valenciana, Galicia, Islas Baleares, Navarra y País Vasco. Navarra es pequeña, pero con un pequeño esfuerzo los redactores de EL PAÍS la pueden encontrar en el mapa”. Otros lectores se han preguntado también por la ausencia de Navarra en el artículo.
Rafa de Miguel, director adjunto, que supervisó el tema, explica el criterio que se siguió para elaborarlo: “Es evidente que la principal polémica gira en torno al catalán, y a partir de ahí quisimos hacer una incursión en otras comunidades autónomas con lenguas propias. Es cierto que en Navarra el euskera es cooficial en una zona que apenas abarca un 10% de la población, pero no hubiera estado de más hacer una mención. Y lo mismo puedo decir respecto al aranés, hablado solo en el Vall d´Aran (5.000 habitantes aproximadamente) pero que también tiene esa consideración. Dado que tenemos previsión de seguir abordando el asunto en próximos reportajes, tendremos en cuenta todo esto para ser más rigurosos”.
Un lector de A Coruña, Marcos Ferreiro Torres, discrepa del artículo en lo referente al modelo lingüístico gallego. “En la información”, señala en su carta, “falta un dato fundamental: que el modelo puesto en marcha por la Xunta (…) recibió el visto bueno de los tribunales por donde ha pasado con ocasión de los recursos planteados por la Real Academia Galega: Tribunal Superior de Justicia de Galicia en su sentencia de noviembre de 2012 y Tribunal Supremo, en marzo de 2015. Bien es verdad que con la improcedencia de dos apartados de dos artículos, puramente instrumentales, que no afectaban a lo sustancial de la nueva regulación y que la Xunta retiró sin ningún problema”.
La autora de la información, la redactora Sonia Vizoso, afirma también en el texto: “El sistema eliminado por el PP y que daba preferencia al gallego había sido implantado por el gobierno de coalición de PSOE y BNG dando cumplimiento al Plan de Normalización Lingüística aprobado por unanimidad en tiempos de Manuel Fraga”. El lector cree que esto no es correcto. “Mejor habría sido decir que superando con mucho dicho plan. Porque al no marcar techos o porcentajes por arriba para la enseñanza del gallego, hubo no pocos claustros que fueron a por todo y pusieron en práctica una auténtica inmersión".
Sonia Vizoso defiende su texto: "El decreto de la Xunta de PSOE y BNG que precedió al de Feijóo dio cumplimiento al Plan General de Normalización Lingüística de Galicia que aprobó Manuel Fraga en 2004 plasmando textualmente su recomendación de que, ‘como mínimo, el alumnado reciba el 50% de su docencia en gallego’. El plan de Fraga tampoco marcaba un máximo y propugnaba como objetivo, ‘alcanzar un uso mayoritario del gallego en la docencia, entre los docentes y en las relaciones escolares en general’. Por contra, la norma del PP de Feijóo iguala exactamente el uso del gallego y del castellano, reduciendo su presencia incluso por debajo del 50% con la introducción de materias en inglés”.
Respecto a que no se aluda en el texto a que el decreto de Feijóo ha recibido el visto bueno de los tribunales, Vizoso aclara: “No me pareció necesario mencionar que el actual decreto es legal porque en tan poco espacio ese dato solo sería relevante si fuese al contrario”.
La legalidad del decreto sería un dato irrelevante si no fuera porque Vizoso cita en su texto las críticas que recibió por parte de la Real Academia Galega. Ya que esta institución lo recurrió a los tribunales, era oportuno especificarlo y recordar que la justicia no le dio la razón.