domingo, 22 de abril de 2018

HUELLAS EN LAS CENIZAS DE LA VIDA

José Luis Romo escribe en El Mundo sobre la obra que podemos ver en el Teatro Español (C/ Príncipe, 25), del 19 al 29 de abril. Es un montaje  de La Zaranda y se llama Ahora todo es noche. Leamos:

 

Con cuatro décadas de trayectoria, La Zaranda es una de las formaciones más veneradas y interesantes de nuestra escena, aunque quizás el gran público no esté familiarizado con ella. Ganadora del Premio Nacional de Teatro en 2010 e invitada habitual a la Bienal de Venecia, el crédito de esta compañía comandada por el director Paco de la Zaranda y el dramaturgo y poeta Eusebio Calonge se basa en su insobornable ética. A través de los años, ha sabido mantenerse fiel a un personalísimo lenguaje escénico que bebe del esperpento y lo grotesco y que no deja indiferentes a los espectadores. Basta echar un vistazo al Twitter de Calonge, plagado de interesantes sentencias, para darse cuenta de que éste es un grupo ajeno a cualquier moda o tendencia. «Hay que confrontar todos los postulados estéticos trazados a priori, aceptar que la obra siempre está en lo que desconocemos», escribe Calonge en la red social.

 

La Zaranda vuelve al Teatro Español, donde la temporada pasada ya mostró la estupenda La extinta poética, junto a la compañía aragonesa Nueve de Nueve, para estrenar Ahora todo es noche. Este título de resonancias casi apocalípticas es una coproducción entre esta compañía y el Teatre Romea de Barcelona, que comenzó su andadura en el Teatro Principal de Zaragoza el pasado mes de enero con entusiastas críticas.

 

La pieza es una parábola que habla de los mendigos de nuestra sociedad, esas personas con las que nos cruzamos cada día en las calles y plazas de las ciudades pero que en muchas ocasiones preferimos no ver. Gente que vive entre nosotros pero sobre la que intentamos trazar una línea que nos separe: recibir un salario.

 

«Se volvieron invisibles, tan acostumbrados ya estamos a verlos, dormitando en los vestíbulos de las estaciones y aeropuertos, revolviendo en los contenedores de basura, haciendo cola en los comedores benéficos... Los vemos tan lejanos y apenas la cantidad de una mensualidad nos separa de ellos. Los arrojados por la borda de sus destinos, los náufragos en la oscuridad de un mundo hostil. A veces en silencio cruzan nuestra consciencia, aunque los evitamos como el beso del leproso, porque su pobreza nos interpela. ¿Quién cree que tiene algo para siempre? [...] ¿Quien no ha mendigado algo alguna vez?», se pregunta el director Paco de la Zaranda.

 

El montaje, que navega entre el humor descarnado y la denuncia, cuenta con la interpretación del propio director, Francisco Sánchez, así como de Gaspar Campuzano y Enrique Bustos. Ellos son los únicos intérpretes que han permanecido inamovibles en los 14 montajes que lleva a sus espaldas esta compañía que nació como «Teatro inestable de la baja Andalucía» y que, ahora, prefiere definirse como «teatro inestable de ninguna parte».