LA CARTA MERCANTIL
Si la carta de amores estaría firmada por El Caballero
de la Triste Figura, la otra ya no puede ser. A Sancho le interesa mucho que
aparezca la firma, y que ésta sea legible, y que ponga bien claro el contenido:
que la sobrina ha de entregar a Sancho tres de los cinco burros que hay en la
casa. Un pago es un pago. Esto es serio.
Leamos el fragmento:
—Ea, pues —dijo Sancho—,
ponga vuestra merced en esotra vuelta la cédula de los tres pollinos, y fírmela
con mucha claridad, porque la conozcan en viéndola.
—Que me place —dijo
don Quijote.
Y, habiéndola escrito,
se la leyó, que decía ansí:
Mandará
vuestra merced, por esta primera de pollinos, señora sobrina, dar a Sancho
Panza, mi escudero, tres de los cinco que dejé en casa y están a cargo de
vuestra merced. Los cuales tres pollinos se los mando librar y pagar por
otros tantos aquí recebidos de contado, que con esta y con su carta de pago
serán bien dados. Fecha en las entrañas de Sierra Morena, a veinte y dos de
agosto deste presente año.
—Buena está —dijo
Sancho—, fírmela vuestra merced.
—No es menester
firmarla —dijo don Quijote—, sino solamente poner mi rúbrica, que es lo mesmo
que firma, y para tres asnos, y aun para trecientos, fuera bastante.
—Yo me confío de
vuestra merced —respondió Sancho—. Déjeme, iré a ensillar a Rocinante, y aparéjese
vuestra merced a echarme su bendición, que luego pienso partirme, sin ver las
sandeces que vuestra merced ha de hacer, que yo diré que le vi hacer tantas,
que no quiera más.
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Sépase que en época de Cervantes se
leyó esta carta y su contexto como una sátira contra el duque de Lerma: Sancho
representa al secretario Pedro Franqueza, y los pollinos a tres de los cinco
hijos de Emanuel de Saboya, cuando fueron llamados a España como posibles
sucesores de Felipe III. Sea así.
Ya vemos que se reproduce, con modificaciones cómicas, la estructura
de una «cédula comercial de libranza».
En fin, todo claro. Sólo
falta firmarla, pero Don Quijote asegura que no hace falta firma, sino sólo rúbrica.
Firma es el nombre escrito,
imprescindible en todo documento mercantil real; la rúbrica es el signo dibujado que acompaña a la firma. ¿Qué
documento mercantil no lleva firma? Ninguno. Pero ¿qué firma poner? La transacción
económica es real, es un pago, y por lo tanto tendría que aparecer el nombre
verdadero. Si Alonso Quijano pone su nombre se estaría desdiciendo de ser Don
Quijote; si pone Don Quijote la señora sobrina nunca pagaría.
Todo muy claro, y el
hidalgo, muy cuerdo.