domingo, 18 de febrero de 2018

¿COHESIÓN SOCIAL?


“La inmersión solo existe en Cataluña y en Groenlandia”
La autora un libro sobre bilingüismo en Cataluña propone “introducir modificaciones, pero no cambios repentinos y de golpe"

“Es impensable un lugar en el que un alumno no pueda escolarizarse o centrar su currículo en una lengua oficial hablada por el 55% de la población”, dice a propósito de Cataluña la profesora Mercè Vilarrubias (Sabadell, 1964). Es un asunto sobre el que ha trabajado esta catedrática de Lengua Inglesa en la Escuela Oficial de Idiomas Drassanes de Barcelona, autora del libro Sumar y no restar. Razones para introducir una educación bilingüe en Cataluña (editorial Montesinos, 2012). Sobre el anuncio —sin demasiada concreción— que ha hecho el Ministerio de Educación de que garantizará un 25% de castellano en las escuelas catalanas, la catedrática anima a “introducir modificaciones, pero eso no quiere decir cambios repentinos y de golpe. El español como lengua vehicular es una demanda de parte de la sociedad catalana, el monolingüismo estricto que deja una lengua fuera es muy raro”, explica esta profesora, que da charlas y colabora con Societat Civil Catalana (SCC, la principal organización ciudadana contra el independentismo).
Vilarrubias explica que para su libro estudió distintos modelos lingüísticos: “Me pareció sorprendente comprobar que en la mayoría de los países con dos lenguas existen escuelas para una y para otra y que son los ciudadanos los que escogen”. Según esta docente, solo hay un territorio con un sistema similar al de la escuela catalana, donde se aprende en catalán como lengua vehicular y se reservan dos horas semanales de castellano en la asignatura de Lengua Castellana en primaria, tres en secundaria y dos en bachillerato. “Groenlandia es el único lugar con un modelo equiparable, no hay ningún otro en el que se pueda hacer lo que se hace en Cataluña, que una lengua oficial no tenga cabida en la educación”, explica Vilarrubias. “Es parte de Dinamarca pero no enseña danés, solo groenlandés. Y ellos mismos dicen, lo leí en una entrevista, que es la manera de evitar la atracción de la gente por las grandes ciudades, de evitar que se marchen. Cuando uno evita dar la enseñanza en otra lengua, el objetivo va más allá de temas puramente lingüísticos. Cuando ves este comportamiento tan raro y contrario a la lógica entiendes que el objetivo es otro, aunque lo embellezcan con la cuestión social, digan que es para no segregar o para dar a todas las mismas oportunidades”.
No solo los partidos independentistas defienden el modelo catalán de inmersión lingüística que critica Vilarrubias, también partidos no soberanistas como el PSC. Ella considera que es “un tema que [en el PSC] no entienden y al que le han dado apoyo con la mejor intención. Existe una falsa discusión que supone que hay que elegir entre la inmersión o tener escuelas en catalán y otras en español. No es esto lo que proponen asociaciones como SCC, no se trata de segregar ni de crear fracturas. Y, por otro lado, el modelo que critican de que los padres escojan ya existe, está en el País Vasco sin levantar sospechas. Todo está muy tergiversado”.